ALBERTO VÁZQUEZ-FIGUEROA (Español, Círculo de Lectores, 1992)
A finales del siglo XVIII, existió un hombre llamado “Iguana” Oberlús,
que debido a su terrible aspecto era despreciado y maltratado por todo
el mundo. Harto de esa situación, huyó al archipiélago de Las Galápagos,
y en el islote de La Española estableció su morada. Allí esperó
impaciente durante años, pero al final sus deseos se vieron cumplidos:
en ese islote atracaron unos pocos barcos y “La Iguana” no desaprovechó
su oportunidad. Secuestró algunos de sus tripulantes y los sometió a sus
órdenes, tratándolos como simples criaturas salvajes, tal y como lo
habían tratado a él durante toda su vida.
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