WILLIAM SHAKESPEARE (Español, M.E. Editores, 1996, 3 €)
EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO se configura como la pieza más singular y
popular. En ella conviven y armonizan el mundo real y el sobrenatural,
el deseo y la razón, la cordura y la locura, en una mezcla de
tradiciones que Shakespeare reinventa y transforma para crear un mundo
de ensueño, infantil y lúdico, rico en posibilidades escénicas, que da
vida al contraste entre imaginación y realidad.
LA FIERECILLA DOMADA, concebida formalmente como un divertimento, es
mucho más que la historia de las relaciones de poder en el matrimonio de
Petrucho y Catalina. Esa dialéctica contiene una carga subyacente de
intenso erotismo; se apunta una trama secundaria de ecos románticos,
plena de cambios de personalidad y de disfraces, en los que resuenan las
voces de Ariosto, Plauto o Terencio. En La comedia de las
equivocaciones, en tiempos en que ya se prefigura el racionalismo
cartesiano, Shakespeare nos vuelve a poner de manifiesto- de una manera
lúdica y subversiva- que la idea del autoconocimiento es una falacia en
el ser humano: siempre existen resquicios por los que fluyen desbordados
los sentimientos y las pasiones.
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