Georgina Browning viaja a
Inglaterra para cuidar de la nieta del mayor Godliman en una gran
mansión cerca de Brighton. El hombre le advierte del carácter travieso
de la niña, le prohíbe entrar en una habitación museo que hay en el
primer piso y le avisa de que en el casa no hay electricidad ni
teléfono. A Georgina todo aquello
le parece un tanto raro, pero acepta el trabajo porque a su amiga
Brenda, la que siempre cuida de Eleanor, le ha surgido un imprevisto de
última hora y no puede hacerse cargo de la niña. Pero
cuando la señorita Browning llega a la mansión, tiene unas cuantas
experiencias extrañas, que harán que su visita a Green House sea
inolvidable.
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